EN EL 66 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CHINA REITERAMOS ¡VIVA EL SOCIALISMO!
“Memorias desde Némesis” ¡arma de combate!
EN EL 66 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO
DE LA REVOLUCIÓN CHINA REITERAMOS
¡VIVA EL SOCIALISMO!
Y qué mejor que transcribir lo que nos dice el Dr. Abimael Guzmán Reinoso, Presidente Gonzalo, para rememorar esta trascendental fecha.
“Primer viaje a la República Popular China, una de las experiencias más trascendental e imborrable de mi vida. A comienzos de 1965 pedí licencia de mi trabajo en la Universidad San Cristóbal de Huamanga; la causal invocada fue enfermedad, mas la real era viajar a China enviado por el Partido. Aclaremos de paso: aún no tenía policitemia, ésta se presentó recién en la década siguiente. Viajé en febrero: de Lima a Zúrich, por primera vez pisaba Europa; de allí a Praga, hoces y martillos presidiendo la vida cotidiana, primer país socialista que veía, claro está, al paso. Luego, en un gigantesco Tupoleva Moscú; en ésta, y de tránsito, estuve confinado en un hotel, donde pese a exigencias, peticiones y hasta ruegos no se nos permitió visitar el mausoleo de Lenin, pues, se nos dijo, que lamentablemente estaba en reparación. Y por fin, tras nuevo largo vuelo abreviado por el afectuoso calor revolucionario de los camaradas chinos, Pekín, la sede del Presidente Mao Tsetung, la patria socialista internacional, el centro de la revolución proletaria mundial.
A la escuela de cuadros concurrimos ocho en esa ocasión: tres de la Confederación Campesina del Perú, muy ligados a Paredes, tres del Regional del Norte, uno de Cuzco, seguidor de Sotomayor, y yo; entre ellos tres miembros del Comité Central, uno de los cuales presidió la delegación (militaba en el norte del país). En la escuela de Pekín, y en el orden que sigue, estudiamos: situación internacional, centrada en la lucha contra el revisionismo y el internacionalismo proletario; línea política general, las leyes y experiencias de la revolución democrática china; trabajo campesino, la lucha antifeudal por la tierra desarrollada por el campesinado, fuerza principal de la revolución; Frente único, la unión del proletariado, campesinado, pequeña burguesía y burguesía nacional sustentada en la alianza obrero-campesina dirigida por el proletariado; construcción del Partido, principios y problemas fundamentales de la construcción del Partido basada en la línea ideológica y política correcta; trabajo secreto y trabajo abierto, principios y experiencias de la clandestinidad de la organización partidaria y de su trabajo de masas; línea de masas, las masas hacen la historia y cómo movilizarlas con conciencia y voluntariedad, aprendiendo de ellas y servir al pueblo de todo corazón; filosofía, partiendo dela contradicción como única ley fundamental en función de la política para resolver los problemas de la lucha de clases, del Partido y la revolución. Ocho cursos magistrales sobre la extraordinaria e inagotable experiencia de la revolución china dirigida por el Partido Comunista de China, producto de la fusión del marxismo-leninismo con su realidad concreta, así como, principalmente, fuente y aplicación del pensamiento maotsetung, según la denominación de los años sesentas.
La escuela militar la cumplimos en Nankín: guerra popular, fundamentalmente su parte correspondiente al desarrollo de la guerra en el camino de cercar las ciudades desde el campo; construcción del ejército, formación, estructuración y preparación del ejército de nuevo tipo para cumplir las tareas políticas del Partido y la revolución; estrategia y táctica, la guerra en su conjunto según las etapas de su desarrollo, su modalidades, tácticas y formas de combate en especial emboscadas y asaltos. Tres cursos igualmente magistrales con sus prácticas pertinentes e indispensables; expresión concentrada de la experiencia de la revolución china, en su forma principal de lucha, elevada por el Presidente Mao a línea militar del proletariado, y heroicamente llevada a la práctica por las fuerzas de la revolución desde el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos hasta el Ejército Popular de Liberación, antes de que el revisionismo lo usurpara para asaltar el Poder. Esa fue la grandiosa experiencia militar que, en su teoría y práctica, bebimos de su propia fuente en la China del Presidente Mao, cuando era la base y el centro de la revolución proletaria mundial.
¿Qué otros recuerdos quedan imborrables de la República Popular China de entonces, la roja de ayer no la negra de hoy? ChingKang y Yenán, los por siempre consagrados monumentos en la memoria de hierro del proletariado y los pueblos del mundo, indesligablemente unidos al Presidente Mao Tsetung y al maoísmo. Rememoro la brega infatigable, masiva, heroica de la construcción del socialismo: fábricas, comunas populares, cuarteles, centros comerciales, universidades, escuelas, hospitales y centros de salud, salas de arte y espectáculos; plazas y calles, hervideros tumultuosos de recia energía desbordante plena de optimismo y política al mando con sus “tres banderas”: línea general del socialismo, comuna popular y gran salto adelante, construyendo la nueva sociedad, el socialismo, poniendo bases para el futuro comunismo.
Asimismo vuelve a mi mente Pekín, Tienanmen histórica y legendaria plaza: la monumental portada de denso rojo oscuro y el Presidente Mao desde su imponente retrato, el Museo de la Revolución, el Gran Palacio del Pueblo enmarcándola y al centro el blanco obelisco ofrendado “¡A los héroes del pueblo!” en letras doradas de la propia caligrafía del Gran Timonel. Tienanmen y el inmenso mar de masas, Marx, Engels, Lenin, Stalin y el Presidente Mao guiando el combate; bosques de banderas rojas con hoces y martillos, banderolas, consignas; obreros, campesinos, soldados, mujeres, jóvenes, el pueblo chino, un millón en mitin rugiendo “¡Abajo el imperialismo yanqui!” y proclamando “¡Apoyamos a Vietnam!”; su voz inmarcesible aún atruena mis oídos. Y “El Este en rojo”, epopeya de música, danzas y cantos reviviendo el largo batallar masivo de la revolución: nubes negras de la traición de Chiang Kai-shek, la épica Gran Marcha, Tsunyi y la asunción de la dirección por el Presidente Mao, Yenán iluminando toda China, la celebración victoriosa del pueblo y las nacionalidades en Tienanmen y terminar con la Internacional en majestuoso coral, y en remate mayor todos, artistas y miles de concurrentes, entonando la Internacional en multitud de lenguas de la Tierra, inenarrable inundación explosiva de fervor revolucionario. Y …Hangchow con su hermosura inigualable, la tersura del lago, el verdor de sus ondulantes colinas, paradigma inefable del paisaje chino. Finalmente Shanghai, inmensa urbe industrial, obrera y revolucionaria. Ahí me despedí, había llegado en invierno y partía en verano con el alma más encendida en el rojo sol de Oriente. Volví rápida y directamente al Perú, fui llamado de urgencia.
Arribé al aeropuerto internacional Jorge Chávez el 22 de julio de 1965; al día siguiente leí en la crónica que se me buscaba, solo fue noticia. Esperé días sin poder tomar contacto; eran los meses de las guerrillas del MIR y el ELN. Mientras aguardaba recapacité sobre mi experiencia en China; concluí: tanto se me ha enseñado y mucho he aprendido, pero nada tanto ni tan profundamente como que hay aplicar el marxismo a la revolución propia y, principalmente, el pensamiento maotsetung, el maoísmo que, ya en la guerra popular, el Partido reconociera como tercera, nueva y superior etapa. Pasados treinta años, qué decir: solamente, al proletariado y el pueblo chinos, al Partido Comunista de China y, principalmente, al Presidente Mao Tsetung, al maoísmo debo tanto que es, como otras pocas, una deuda invalorable imposible de saldar. Sirva en algo lo que hice después.”
¡VIVA EL SOCIALISMO!
¡SEGUIR EMPUÑANDO “MEMORIAS DESDE NÉMESIS”
COMO ARMA DE COMBATE!
1 de octubre del 2015
Comité Nacional de Presos Políticos y de Guerra del Perú